martes, 21 de agosto de 2007

Entrevista del poeta Rodolfo Alonso

Extracto a la entrevista del poeta Rodolfo Alonso
LA Nacion 20/01/2007

-¿De modo que el hombre que desea conservar su independencia de pensamiento y su paz interior debería aislarse para evitar el aturdimiento y la disipación?
-Este es el problema con la sociedad del espectáculo: es muy difícil sustraerse a su influencia. Antes los poetas hacían peñas literarias y se reunían en los bares a leer, a conversar. Pero ahora el ruido lo impide. Y me extraña que, a la par de los movimientos ecologistas que bregan por el bien de la naturaleza, no surja un movimiento que luche contra la contaminación del espíritu humano.

-¿Un nuevo humanismo?
-Es probable. Yo deseo que surja un movimiento que se interese por los daños sufridos por el hombre en esta cultura de la banalización, en la que una especie de tecnolatría ha desplazado a los valores de la cultura. Y la tecnolatría tiene que ver con la entronización de la imagen y la desvalorización de la palabra. Esto no sería algo grave si nuestra cultura no tuviera sus cimientos en el lenguaje, pero todos saben que esto es así.

-¿Se refiere al lenguaje como a un reservorio de determinados principios, ideas, y creencias?

-Claro. Cuando el lenguaje se vacía de pensamiento y se convierte en mero instrumento práctico, desaparecen los valores y, con ellos, la cultura. Fíjese que asistimos a una suerte de deseo obsceno colectivo, que es la búsqueda desenfrenada de riquezas. Antes, un hombre rico tenía una riqueza que podía ser contada, medida. Hoy, en cambio, la riqueza, como el poder, ya no tiene medida humana. El dinero se cuenta por billones y la influencia de los poderosos tiene un alcance incalculable, fuera de todo control. Y ese afán desmedido, de alguna manera ha contagiado a todos. Y aunque la enfermedad tiene mucho de virtual, ése es precisamente el problema: su irrealidad. Su cuota de delirio y de fascinación que obnubila la capacidad de crítica.

-Algo habrá en la psicología humana para que las personas se dejen tentar tan fácil por el consumismo, y prefieran el ruido al silencio y el tumulto a la soledad.
-Las ansiedades del hombre pueden reducirse a una sola y gran ansiedad: el miedo a la muerte. Que es también miedo a la vejez. Hoy todos quieren ser adolescentes, no envejecer jamás. Y el precio es el agravamiento de esa ansiedad fundamental de la que le hablo.

-¿Cuál es el lugar de la poesía y la filosofía en la sociedad de consumo?
-En esta sociedad, la palabra se convierte en producto y deja de ser comunicación. A partir de la revolución industrial, se impuso una actitud mercantilista en el mundo, que privilegió el dinero, el poder, y la explotación, y despreció todo aquello que tenía que ver con la creatividad desinteresada y el pensamiento reflexivo. Fíjese que una frase muy usada en los últimos cien años es "el tiempo es oro". ¿Quién, en su sano juicio, puede creer que esto es verdad? Ya los filósofos de la antigüedad decían que el hombre es tiempo, de manera que esa frase es absurda.

-¿Cree que Internet contribuye a la democratización del mundo, al poner al alcance de las multitudes la casi totalidad del conocimiento humano?
-Me temo que Internet no será, como algunos imaginan, un espacio de mayor democratización. No me parece que sea inocua. En estos temas, he vuelto a coincidir con mi admirado y querido amigo Tomás Maldonado, cuya Crítica de la razón informática prácticamente agota el tema en cuestión. El asegura que un acceso indiscriminado a la información conducirá al hombre no a una forma más avanzada de democracia, sino sólo a una forma más sofisticada de control social y de homologación cultural.

-¿Cuáles son los desafíos espirituales del hombre moderno?
-Dentro de una perspectiva humanista, el mayor desafío para los intelectuales del siglo XXI es continuar siendo intelectuales. Pero el pensamiento es algo que concierne a todos los hombres. Quienes sean capaces de sostener un pensamiento crítico en medio de esta pesadilla de seductora banalidad universal, serán los hombres imprescindibles de los tiempos venideros.

Extracto a la entrevista del poeta Rodolfo Alonso
LA Nacion 20/01/2007

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